En esta última década, gracias a los avances tecnológicos, los arquitectos dan rienda suelta a la imaginación, realizando proyectos que, hace unos años, habríamos creido sacados de la Guerra de las Galaxias de George Lucas.
En este caso hablamos de la pareja de arquitectos Diller & Scofidio, mujer y marido que crearon su sello arquitectónico en 1979. Son conocidos por crear una forma alternativa de arquitectura que unifica diseño, "performance" y medios electrónicos , todo con una buena dosis de teoría y cultura arquitectónica . Su objetivo principal: trabajar principalmente con la naturaleza del espacio proporcionado, al mismo tiempo que crean espacios singulares.

Hoy querría comentar una de sus obras, la cual me parece simplemente fascinante. Oí hablar de ella hará unos días, aunque se construyó en el 2002. Se trata del proyecto "Blur", presentado en la sexta Swiss National Exhibition . Consiste en una plataforma metálica gigante, de 60 x 100 x 20 metros, en la que 400 visitantes tienen la posibilidad de pasear dentro de una inmensa nube.

La plataforma metálica está equipada con 31400 aspersores, que lanzan diminutas partículas de agua alrededor de la estructura. La tecnología desarrollada para este proyecto se encarga de que la plataforma esté siempre cubierta, sin importar las condiciones climaticas: el propio sistema de la plataforma analiza la temperatura, la humedad ambiental, la velocidad y dirección del viento, etc. , adaptando la fuerza de los aspersores para que la neblina pueda formarse adecuadamente y mantenerse en el aire. (Boceto digital, cortesía de Diller&Scoffidio)

En el centro de la estructura se situa una rampa que baja casi hasta el centro del lago. Allí el visitante se aisla de todo ruido procedente de la costa: lo único que se oye es el zumbido de los aspersores y el oleaje del lago. Dependiendo de la temperatura y el viento, la nube va cambiando, y puede llegar a formar largas estelas de niebla a lo largo del lago, o subir y bajar dependiendo de la presión atmosférica del momento. Pero la obra no sólo se compone de esta etérea estructura. La pareja Dillier & Scoffidio, como todo buen artista , sabe que la obra no está completa si no existe espectador alguno. Los arquitectos han decidido hacer partícipes a los visitantes de esta experiencia de una manera más activa, así que a la entrada de "Blur", se les proporcionó impermeables interactivos , bautizados "brain coats". Estos impermeables, a parte de proteger de la humedad creada por la neblina, reaccionan ante la presencia de otros "brain coats", indicando una afinidad positiva o negativa con estos mediante cambios de color y sonidos.

Poco le falta para echarse a volar. Seguro que dentro de unos años veremos una estructura similar, pero que no necesite cimiento alguno para sostenerse. De momento, ya han logrado capturar y domesticar una nube.