Cada vez son más los dispositivos que se lanzan al mercado para leer cualquier documento a través de una simple pantalla.

Al principio el alto precio y el resto de imperfecciones hicieron imposible que estos libros eléctronicos llegaran al alcance de todos, pero en los últimos meses se ha formado caravana en el mercado tecnólogico por la gran avalancha de dispositivos eléctronicos para leer libros.

Todavía es una tecnología recién nacida y con multitud de inconvenientes pero la última novedad de todos los libros eléctronicos, entre los que se encuentran Reader de la casa Sony, Iliad de una compañía que nació de Philips, o el V2 de Jinke, es la utilización de la tinta electrónica e-Ink. Esta nueva mejora crea las imágenes en una pantalla que no emite luz y a través de millones de esferas que cambian de color del blanco al negro para formar así las letras o las imágenes.

El hecho de tener la posibilidad de recrear animaciones, permitir la escritura a mano alzada o tener una resolución muy avanzada, no han sido hasta el momento motivos suficientes para que los usuarios más "tecnológicos" hayan sustituido sus libros, sus periódicos, sus revistas de papel por una pequeña pantalla táctil, con multitud de funciones y capacidad para unos cientos de libros.

El "tengo un libro eléctronico y leo más" afecta tan sólo a una minoría, ya que parece que la sensación de pasar las hojas, de oler la tinta de los textos y de conocer fisícamente el volumen de la lectura no se pueden sustituir hasta el momento, por los dispositivos eléctronicos que cada día se encuentran más cerca de todos, tanto por ofertas como por precio.