Así ha bautizado Sony a su nueva plataforma de videojuegos portátil. Después de muchos meses de rumores sin confirmar y varias maniobras de despiste por parte de la compañía nipona, finalmente ha confirmado en la Games Convention el lanzamiento de su nueva máquina. El lanzamiento en Europa estaba previsto para el 15 de octubre de este mismo año, pero no ha sido hasta hace un par de días cuando se ha empezado a explotar la campaña publicitaria.

Las mejoras más significativas de la PSP 3000 se encuentran en su pantalla de LCD, a la que se la ha dado un ratio de contraste más amplio y se ha amentado su gama de colores, lo que proporcionará imágenes más nítidas y de mayor calidad. Así mismo, se la ha dotado de un nuevo sistema anti-reflejos que evitará que la luz del sol sea molesta cuando los usuarios jueguen en exteriores muy iluminados.

A la nueva PSP se la han integrado también dos micrófonos, que en un futuro supondrán un avance en la interactividad de los juegos y en las comunicaciones en red con otros usuarios de la videoconsola.

La nueva PSP puede ser muy atractiva para aquellas personas que no tuvieran la versión anterior pero, a mi modo de ver, no es lo suficientemente llamativa para los usuarios asiduos a esta consola. Para empezar, no se ha aumentado la capacidad de la batería, lo que sumado a las mejoras de la pantalla de LCD implican menos tiempo de autonomía de la máquina. Así mismo, Sony no ha aprovechado la oportunidad de hacer la consola más potente. El microprocesador y el lector UMD son exactamente iguales, lo que le restan atractivo.

La videoconsola se va a lanzar en varios packs promocionales, tal y como se hizo con su hermana menor. Todos rondarán los 199 euros y estarán compuestos de la videoconsola y algún juego o una tarjeta de memoria de gran capacidad. Aún está por confirmar, pero la venta de la PSP 3000 a parte, sin ningún tipo de pack promocional, podría rondar los 169 euros.

Veremos a ver si Sony ha acertado dando a luz una nueva PSP sin mejoras significativas y sin haberle dado tiempo a la anterior a llegar al fin de su vida útil.